martes, 5 de mayo de 2015

Nuestro paso por el I.E.S San Juan de Dios


Nuestro paso por el I.E.S San Juan de Dios.

El final se acerca, y lo que quedan de estos años atrás, que yo diría, "los mejores", sólo quedan experiencias y muchos ratos buenos, así como el duro esfuerzo de llegar a donde estoy hoy .
Con mucho trabajo y esfuerzo, tambíen con muchísimas ganas, he llegado a 2º de Bachillerato, que sinceranmente no se me pasó por esa cabecita inocente cuando tenía unos 11 años, allá por 2009.

Un día de Septiembre de 2009, mi vida cambiaba, ya no sería "la mayor del cole", sería "la peque del insti" o como muchos dicen, "seríamos los pipiolos". Esperaba con muchas ansias que llegara el día de empezar el instituto. Con miedo entré, pues me tenía que enfrentar a muchas cosas nuevas, a los exámenes, al horario, a los compañeros, al ambiente...
Pero bueno, ese miedo no duró mucho, me adapté muy bien, y nunca tuve ningún problema.
Hasta hoy, han pasado muchas cosas en mi estancia en el instituto San Juan de Dios; como desde primero de la ESO, como esos primeros exámenes, que no eran totalmente diferentes en comparación a los del colegio, los nuevos maestros, un nuevo esfuerzo más duro...
Como, la representación de acrosport que hicimos en la hora de gimnasia, del que tanto me reí y del que tanto me acuerdo, cuando no nos salían esas representaciones de figuras humanas; las fiestas de navidad, que son un clásico en este instituto, todos los de la ESO cantando, bailando... hasta que estas en segundo de bachillerato, y ves fotos que ni te puedes creer que esa eres tú y han pasado apenas 6, 5, o 4 años, también como las fiestas de fin de curso, el día de andalucía... en fin  todas las fiestas que organiza el instituto las recordaré muy bien.
 También hay que destacar las excursiones a los teatros que siempre gustaban y bueno en sí todas las excursiones realizadas hasta hoy han sido buenas experiencias, en especial la de Roma, porque aunque nos lo pasamos muy bien, ¡fue la primera vez que me monté en avión!, una ciudad extranjera que me encantó, como su comida, y esos desayunos tan ricos que nos ponían a las 7:30 de la mañana.
Recuerdo, un día por la tarde, cansadísimos de andar, tenía tal hambre, que el bocadillo de filete empanado que mi madre me había metido en la maleta, lo tenía guardado en la mini-nevera de la habitación porque me daba pena tirarlo, lo saqué de la nevera, y lo puse a tostar, y mira estaba tan bueno y me sentó tan bien, que parecía que estaba acabado de hacer.

También debo comentar de los mestros, que son el pilar de lo que somos ahora mismo, aunque con nuestro trabajo, hemos conseguido estar donde ahora estamos. Me llevo un buen sabor de boca, puesto que aparte de regir su profesión hemos pasado muchos buenos ratos.

Otro momento que me gustaría señalar, fue, ese trabajo de proyecto integrado en el laboratorio, en el que nos llevamos todo el año, probando, para ver si conseguíamos un cristal que valiese la pena para poder concursar en el Concurso de Cristalización en Granada. Conseguimos unos cristales decentes, para nosotros, y fuimos al concurso. Yo, mi compañera Mª Paz Montero, y mi compañero Pablo Horillo, nunca pensamos que ibamos a ganar, pero hasta que llegó el día, y nos pusimos de frente a contarle todo el proceso de cristalización a personas muy importantes, representantes de universidades diferentes. Los nervios cada vez eran mayores porque con el paronama que había podíamos tener posibilidades de ganar. Llegó el momento de entregar los premios, y empezaron a nombrarnos, habíamos ganado un premio en una categoría de cristañización.
 Para mi ganar este premio, me supuso que podía confiar en mi misma, y que con muchas ganas y trabajo, que aunque cueste mucho esfuerzo, nada es imposible.

Y para terminar, seguramente saldré del insituto, y sentiré el mismo miedo, pero dadas las circuntancias en sus respectivas edades. Sentiré, entrar en un nuevo mundo enfrentandome a él, recordando todo aquello que fue el instituto, que aunque seguramente dijiera, ojalá terminase y pudiera salir de aquí, espero añorarlo mucho y recordar esas palabras que un día dije.


Mi experiencia en el I.E.S. San Juan de Dios



 
MI EXPERIENCIA EN EL I.E.S. SAN JUAN DE DIOS



 Tras seis años en el IES San Juan de Dios, tan sólo quedan unas semanas para que termine mi trayectoria en él.

Aún recuerdo el primer día de instituto. Todos estábamos asustados ya que abandonábamos el colegio y pasábamos a ser los más pequeños del centro. Al principio, todo resultaba difícil debido a los cambios de clases, los diferentes módulos, nuevas asignaturas, compañeros y profesores. Sin embargo, con el tiempo nos acostumbramos y descubrimos que ir al instituto no era tan malo como parecía ser.


Durante Secundaria, vivimos muchas experiencias pero la mejor de ellas, sin duda, fue la excursión a Roma en 4º E.S.O. con Juan Carlos, Pedro y Carmen. Para muchos de nosotros, era la primera vez que viajábamos al extranjero. Visitamos muchos lugares y lo pasamos muy bien.


Ya en Bachillerato, conocimos a nuevos compañeros de Paterna. Además, en 1º Bachillerato pude participar en el concurso de Cristalografía junto a varios compañeros. Durante este año, el más duro de todos, nuestros profesores nos han estado preparando para Selectividad. Ha sido un año difícil pero hemos vivido muy buenos momentos. Echaremos de menos el instituto.


Dentro de unos meses, muchos de nosotros iremos a la Universidad, y viviremos una experiencia parecida a la que vivimos durante los primeros días de Instituto.








lunes, 4 de mayo de 2015

Mi experiencia en el I.E.S San Juan de Dios.

Ya queda poco para terminar nuestro curso de 2º de Bachillerato, y una de las tareas propuestas para la asignatura de Proyecto, es explicar nuestra experiencia en el instituto.
Es una pena que tengamos que abandonar muestro instituto de siempre, y adentrarnos en el temido mundo universitario. Dejar a profesores que ya son como parte de nuestra familia, ya que han sido seis años acompañándonos en esta etapa de nuestras vidas.
Todavía recuerdo el verano de aquel 2009, donde mi madre rellenaba la matrícula para 1º ESO y tenía miedo de escoger la asignatura de francés. También tenía miedo de encontrarme totalmente nueva entre una gran multitud de personas que eran mayores que yo, los cuales se suponía que podían hacerte novatadas el primer día. Recuerdo que nos decían: "¡El primer día prepárate! ¡Te tirarán huevos!". Pasaron los cursos y nos dimos cuenta que eso nunca pasaba y que el instituto no era para tanto.

Conocimos compañeros nuevos de otros colegios de Medina, nos adaptamos a una gran cantidad de nuevos profesores, a buscar las clases, de correr por los pasillos para no llegar tarde (cosa que después no nos importó), miedo a los partes "de colores" y a "los de biblioteca", que nos presentó el primer día de instituto nuestro profesor Juan Carlos, con una cara que asustaba. Un sin fin de cosas, que después no eran para tanto, pero que a esa edad y con lo inocentes que eramos, significaba mucho.

Recuerdo aquel primer día, en el que me perdí con una de mis compañeras, y no encontrábamos la clase de Religión con Puri. Nosotras preguntábamos a todos a los que nos encontrábamos en los pasillos: "¿Dónde está la clase 126?". Después de 10 minutos angustiosos, llegamos, casi con las lágrimas saltadas.
También recuerdo mi primer suspenso con Juan Carlos, en la asignatura de Sociales ( un 4,75, examen de la prehistoria). O esos Villancicos y bailes, que para nosotros era perder nuestra reputación.

Algo que llevaré siempre conmigo, son los nervios de los Speaking Tests con mis compañeros, donde decir "May we come in, please?" a Pilar o a Juan Ramón, era todo un reto. Los sellos de muñequitos que nos ponía Elena Infante cuando hacíamos las actividades o los temidos exámenes de Pedro Callealta en Física de 4º de ESO, donde llegabas casi llorando a casa porque habías sacado muy mala nota en el examen de la posición, las velocidades y las aceleraciones. Las clases interminables de Laly , donde dormías con los ojos abiertos, pero siempre recordaremos su risa contagiosa. Miguel Roa, nos enseñó a ver el mundo a través de una simple cámara, y su afán por que nos vayamos de ERASMUS. También Araceli, la cual ya no sabe como hacernos callar, y Antonio Pan, gracias a él me di cuenta que necesitaba gafas, y al que traigo por el camino de la amargura, cada vez que digo :"¿Puedes hacer la letra más grande?". Ketama, donde las últimas horas de los viernes, terminaba muy harta de nosotros.  Isabel, me enseñó química y algunos chistes, muy muy malos, y por último Manolo el de Tecnología, ese profesor que tiene la paciencia de un santo, gracias por dejarnos tu hora de Electrotecnia para estudiar Lengua.

En 4ºESO, realizamos el viaje a Roma, una experiencia inolvidable para nosotros. También, después de muchos meses de trabajo, gané el concurso de Cristalografía con mis compañeros Mónica y Pablo, gracias a Pedro, que nos introdujo en el mundo de los cristales. Gracias a él, también conocimos la comida exótica como el cuscús (aunque no nos agradó mucho je je). Fue un año inolvidable.


Y por último Bachillerato, ese curso donde terminas harto de la palabra Selectividad, pero aquí estoy, a menos de un mes para realizar la prueba.
Para mi, aunque haya sido el curso más duro con diferencia, donde tu vida se dedica a estar casi las 24 horas del día haciendo láminas de dibujo, o estudiando cualquier asignatura (exageración),  no cambio los momentos de risas y diversión con mis compañeros. Además, he ganado nuevos amigos, los "paterneros".

Gracias a todos los que han hecho posible en estos seis años, que sea mejor persona, además de haberme enseñado multitud de cosas. Espero que no os importe que me lleve un poco de cada uno de vosotros.
Gracias a todos.




Mi experiencia en el instituto San Juan de Dios


Todo empezó un 15 de Septiembre de 2007, cuando dijimos adiós a numerosas cosas como ponernos en la fila para después entrar a clase, dormir una horita más, las típica frase de "ya mismo estáis en el instituto" y aquellas mochilas de Barbie y Spiderman que nos daba vergüenza de llevarlas al instituo y como no, esas coletas que nos dejaban con una sonrisa permanente.

Empezamos nuestro primer año conociendo a aquellos repetidores que se daban de "guays" por ser más grande que nosotros y que finalmente, fueron y son amigos nuestros. Nuevos profesores que nos trataban como adultos pero que todavía seguíamos siendo unos niños, esos exámenes tan difíciles que se pensaba que nunca se iban a aprobar y las diversas discrepancias de dónde está cada clase, tres módulos, pero lo que al principio parecía ser un caos , se convirtió en algo normal y rutinario.

En nuestro segundo año seguíamos conociendo a más personas, profesores pero en cambio, algunos ya se iban quedando detrás, recuerdo que un repetidor se estaba balanceando en su silla en la clase de Sociales y Juan Carlos, actual profesor de Historia, le decía que parara pero el pasaba un poco, hasta que el resultado fue su boca contra el suelo, básicamente.

En nuestro tercer año, conocimos  a un profesor de Química llamado Miguel, que nos daba clase, pero que para él no existían más ejemplos en el mundo, solo el del libro y su típica frase de "Si ahí tenéis el ejemplo, para qué queréis otro", siempre me quedaré con la duda de qué hubiera pasado si le hubiéramos quitado el libro de ejercicios resueltos, pero al que le teníamos cierto cariño por su gusto por las tortitas de maíz.

Llegó nuestro cuarto año en el que nos jugábamos el graduado y en la que estaba nuestra asignatura de Física y Química pero que solo dimos Física, y era el temor de la clase, de ahí que en el primer examen se aprobara y en el segundo examen se suspendiera con un dos o un tres o menos... y que se viera tan normal. Un día íbamos subiendo las escaleras del segundo para entrar en un examen y de milagro no me quedo sin mayas, una de mis amigas se cayó y no tuvo otro lugar al que agarrarse que a mis mayas, pero bueno al día de hoy sobrevivió a la caída.

Comienza Barchillerato, concretamente 1º de Barchillerato y ya en bastante ocasiones se hacía un poco "pesaita" la palabra Selectividad, se unieron a nuestro grupo, personas de Paterna, que siempre tenían muchas ganas de fiesta y siguen teniendo... En una clase de Química nuestra pesadez a Isabel se le hacía cuesta arriba hasta que un día nos dijo ¡Os odio!, hubo un momento de silencio pero después todo fueron risas incluyendo las de Isabel.

Para terminar.. mi curso, 2º de Barchillerato de Ciencias, en el que actualmente me encuentro pero que dentro de tres semanas aproximadamente terminaré, nunca olvidaré aquellos apelativos como "Señoritos" de nuestra profesora de filosofía Araceli a las ocho de las mañana todos los Lunes y nuestra continua pregunta de ¿Cómo se llama tu perro?, Isabel, con sus chistes mañaneros, que quitaban el sueño a cualquiera...Antonio Pan con su contínua ilusión de que " se nos pusiera los pelos de punta " cuando resolvía algún problema, y como no, la hora de Lengua con Ketama, a las una y media los Viernes, que nos la pasábamos más tiempo riéndonos que dando clase y nunca se me olvidará cuando Miguel Roa nos dijo a las ocho de la mañana que eramos unos "gilipoyas" y nos explicó de dónde procedía esa palabra. Pepe por su frase "Ánimo, ya queda menos para Junio", Laly por sus documentales de la 2 y Pilar por esas canciones al final de la clase.
Y como última anécdota, cuando fuimos a la Universidad, no hace relativamente mucho, un amigo nuestro quiso ponerse en una foto y lo consiguió después de haberse metido el "carajazo" de su vida.

Mi mejor curso ha sido este, que me ha hecho mejor persona y "distribuirme mejor el tiempo para estudiar (mentira)". Empieza una etapa nueva, pero siempre llevaré conmigo a mis amigos fiesteros y no fiesteros.


Mi experiencia en el instituto

Yo entre en el IES SAN JUAN DE DIOS este año por lo que no tengo muchas experiencias aquí . En este poco tiempo me llevo grandes amigos , también he conocido a nuevos profesores de los cuales algunos me caen mejor que otros pero en general todo bien .
Al principio me costaba un poco moverme por el instituto ya que no me conocía nada y no sabía ni donde estaban las clases a las que tenia que ir pero luego me he acostumbrado y ya no tengo "problemas". 
Como historieta no sabría que contar , pero yo me quedo con lo de venir disfrazados a clase (cosa que en mis anteriores institutos nunca se había hecho ) . El día que fui disfrazado me lo pase bastante bien y la verdad costaba un poco hacer un examen o dar clase viendo tanta gente disfrazada , era difícil contenerse la risa .
 En el I.E.S SIDÓN tengo muchísimos recuerdos y de allí tengo muchos amigos . Los únicos "problemas" que tuve allí fue por mi hermano que a menudo se metía en líos y me tocaba a mi cargar aveces con las culpas . Como experiencia allí me quedo con que una vez pusieron una especie de bomba y parecía que habían atentado contra el instituto .